Don Quijote tiene un éxito fantástico desde 1869 y ha sido admirado tanto por los entendidos en ballet como por el público por segundo siglo consecutivo. Si alguien busca unas vacaciones, debería prestar atención al ballet de Don Quijote.
Incluso si el propio Miguel Cervantes hubiera visto en escena la interpretación de su novela homónima, habría gritado a los artistas desde la misma planta baja: «¡Es como si la misma Alegría corriera y la misma Alegría saltara!». El talentoso compositor y coreógrafo consiguió crear una auténtica y brillante celebración de la vida y la danza en el escenario.
Ludwig Minkus creó una música que mágicamente pone al público exclusivamente en un estado de ánimo elevado y emociones positivas.
La base de este ballet es la historia de amor de la coqueta Kitrig y el pobre barbero Basil. El padre de la novia, que planea obligar a su hija a casarse con un novio más rico, les impide estar juntos. Don Quijote viene a ayudar a los amantes y los protagonistas reciben la bendición de su padre.
Este ballet promete un espectáculo increíble y una carga de energía positiva, con un final feliz obligatorio.